Paisaje
Para undir castamente mis eglogas, anhelo
- igual que los astrologos - vivir cerca del cielo
y oir - vecino insome de viejos campanarios-
sus himnos condicidos por vientos solitarios.
Oculto en mi masarda, en las manos la frente,
oire el taller que canta y charla alegremente,
vere altas torres, mastiles de la anclada ciudad,
y amplios cielos que invocan, claros, la eternidad.
Es dulce, entre las brumas, mirar como destella
en la estancia la lampara y en el azul la estrella,
como vierte la luna su blanco encantamiento
y rios de carbon suben al firmamento.
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